Simplemente decidí ponerme en manos del don de la ciencia que Dios puso en la vida el Dr. Adolfo Castilla quien, con un método muy práctico, sencillo, pero sobre todo humano, me mostró que la felicidad no es una meta si no decisión constante de vida, esto me ha enseñado, por medio de su intervención y los ejercicios conductuales cognitivos fueron un detonante para volver a vivir, pero vivir plenamente.
Gino Corcione Cortes